Historia inspirada en la vida real de una madre abandonada
Historia inspirada en la vida real de una madre abandonada
Qué dolor tan lacerante el
que siente el corazón de una madre, ante el desprecio de sus hijos,
reflexionaba aquella tarde, culpar a quien no sabría, de los pesares que la
atormentaban, que importa de quien es la
culpa? si ni siquiera ellos cuenta se daban!!
¿Qué será lo que les he
hecho? se preguntaba aquella pobre mujer,
siempre con ellos estuve, los protegí, les di mi amor y así los vi crecer.
siempre con ellos estuve, los protegí, les di mi amor y así los vi crecer.
Qué tristeza tan grande
sentía, por su indiferencia tan manifiesta,
¿Que haré, se preguntaba, cómo aliviaré este dolor?
Tal vez cometí muchos errores, pero nunca les faltó amor, qué vida tan difícil, la que le tocó vivir, a aquella pobre madre que nació para sufrir, con toda su inocencia y tropiezos de la vida, siempre estuvo con ellos hasta el fin de sus días.
¿Que haré, se preguntaba, cómo aliviaré este dolor?
Tal vez cometí muchos errores, pero nunca les faltó amor, qué vida tan difícil, la que le tocó vivir, a aquella pobre madre que nació para sufrir, con toda su inocencia y tropiezos de la vida, siempre estuvo con ellos hasta el fin de sus días.
El único delito, pensaba
ella y eso la inquietaba, fue ser pobre y no poderles dar lo que ellos
anhelaban, humildemente solo lo necesario,
porque con su presencia lo demás complementaba.
Eso pensaba ella sin
imaginar, que más tarde lo lamentaba, tristemente no fue suficiente, decía que
era lo que observaba, resentimientos e insatisfacciones, en cualquier
oportunidad se lo manifestaban.
Así pasaron los años y a
Florence sola dejaban, aquellos hijos ingratos que todo le reprochaban, para
colmo de la pobre, su marido bajo tierra descansaba, cada día que pasaba, más
sus hijos se alejaban, dejándola sumida en su tristeza, que poco a poco la
mataba, fue en una tarde de otoño cuando, la divinidad de ella se apiadó, llevándosela
dulcemente a su última morada, dejando tras de sí una nota bien sellada, para
que se la dieran a sus hijos, los únicos seres que amaba.
Donde les hablaba de su
dolor, que por muchos años guardó, y que por ingratos e indiferentes, ninguno
cuenta se dio, de la tristeza de aquella madre, que solo para ellos
vivió.
Encargada quedo de ello su
comadre Gumersinda, la confidente de aquella madre, que sufrió hasta el último
instante. La indiferencia de sus s hijos, que se dieron cuenta cuando demasiado
tarde.
Al leer aquella carta que
les había dejado su madre, qué arrepentimiento
tan grande sintieron, leyendo aquellas palabras, escritas con gran coraje, y
manchadas de algunas lágrimas, que derramó su triste madre, donde habló el
corazón herido, como lo haría cualquier madre, que posiblemente pase por situaciones
similares, sin importar los motivos, madre siempre es madre.
Nunca vieron tan claramente todo lo que los quiso, fue necesario que estuviera muerta para darse cuenta lo que habían hecho, no valorar a aquel ser que siempre estuvo con ellos, finalizaba aquella carta, adiós mis hijos queridos perdón les pido por no haber sido la madre que ustedes hubiesen querido.
Nunca vieron tan claramente todo lo que los quiso, fue necesario que estuviera muerta para darse cuenta lo que habían hecho, no valorar a aquel ser que siempre estuvo con ellos, finalizaba aquella carta, adiós mis hijos queridos perdón les pido por no haber sido la madre que ustedes hubiesen querido.
Un consejo les doy a todos
los hijos de hoy, no dejen a su madre nunca sumidas en el olvido.
1 Comentarios:
Y si asi tristemente pasa con algunas madres lod hijos las olvidan por siempre en vida y ya despues de fallecidas se acuerdan que tuvieron madre hijos ingratos, una gran reflexion para los que todvia cuentan con una madre.
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