jueves, 29 de diciembre de 2016

EL REY Y EL MENDIGO.

EL REY Y EL MENDIGO.

Hubo una vez un limosnero que estaba tendido al lado de la calle. Vió a lo lejos venir al Rey con su Corona y Capa.
Pensó: Le voy a pedir y seguramente me dará bastante; y cuando el Rey pasó cerca, le dijo:
"Su Majestad, ¿me podría, por favor, regalar una moneda?" Aunque en su interior pensaba que El Rey le iba a dar mucho más.

El Rey le miró y le dijo:
"¿Por qué no me das algo tú? ¿Acaso no soy tu Rey?"
El mendigo no sabía qué responder a la pregunta y dijo:
"Pero Su Majestad, ¡YO NO TENGO NADA!"
El Rey respondió:
"Algo debes tener, ¡BUSCA!"
Entre su asombro y enojo, el mendigo buscó entre sus cosas y supo que tenía una naranja, un pedazo de pan y unos granos de arroz. El mendigo pensó que el pedazo de pan y la naranja eran mucho para darle, así que en medio de su enojo tomó 5 granos de arroz y se los dio al Rey. 
Complacido el Rey dijo:
"¿VES CÓMO SÍ TENÍAS?"
Y le dio 5 Monedas de Oro, una por cada grano de arroz.
El Mendigo dijo entonces:
"Su Majestad, creo que acá tengo otras cosas."
Pero el Rey no le hizo caso y dijo:
"Solamente de lo que me has dado de corazón, te puedo Yo dar". 
Es fácil en esta historia, reconocer como el Rey representa a Dios, y el mendigo a nosotros.
Notemos que éste, aún en su pobreza es egoísta. Ocasionalmente, DIOS nos pide que le demos algo para así demostrarle que ÉL es el más importante.
Unas veces nos pide ser humildes, otras ser sinceros o no ser mentirosos; pero sólo tú conoces lo que te pide.
Muchas veces nos negamos a darle a DIOS lo que nos solicita, pues creemos que no recibiremos nada a cambio, sin pensar en que DIOS devuelve el ciento por uno.


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